Antes de que una mina entre en operación, debe atravesar una serie de fases técnicas y legales cuidadosamente reguladas. Dos de las más importantes —y a menudo confundidas— son la exploración y la explotación minera. Aunque ambas forman parte del ciclo de vida de un proyecto extractivo, cada una responde a propósitos distintos, requiere permisos específicos y tiene implicaciones particulares tanto en tiempo, inversión como en impacto ambiental. Comprender esta diferencia es clave para interpretar cómo se desarrolla la minería moderna, especialmente en países como República Dominicana, donde el marco legal establece etapas bien definidas y sujetas a fiscalización estatal.

Evaluación del potencial minero 

La exploración minera, a la cual podemos redefinir como “evaluación del potencial minero”, es la etapa inicial del ciclo minero y su propósito es descubrir y delimitar zonas con potencial económico. Según la Ley Minera dominicana No. 146-71 (art. 27), implica la realización de trabajos geológicos, geofísicos, geoquímicos, muestreo, análisis, perforaciones y construcción de accesos, con el fin de identificar y evaluar un posible yacimiento. En República Dominicana, este proceso requiere una concesión de exploración otorgada por la Dirección General de Minería del MEM, con una vigencia inicial de tres años, prorrogables una vez, y está sujeta a análisis técnico y publicaciones para posibles oposiciones públicas.

El proceso suele ser costoso y prolongado, tomando desde varios años hasta una década, dado que únicamente un pequeño porcentaje de proyectos exploratorios llega a convertirse en una mina comercial. La exploración puede incluir etapas progresivas desde estudios de campo preliminares, perforaciones de sondeo hasta pruebas metalúrgicas y estimaciones de recursos .

Fase productiva minera

Por otro lado, la explotación minera, que de ahora en adelante llamaremos “fase productiva minera”, consiste en la extracción y beneficio económico del mineral una vez comprobado su sostenibilidad. En República Dominicana, requiere una nueva concesión, esta vez para la operación minera, que puede extenderse hasta 75 años (artículos 149 y s.s. de la Ley No. 146-71), tras cumplirse el ciclo de exploración y obtener permisos ambientales y de uso de suelo. Aquí intervienen operaciones de mayor envergadura: construcción de infraestructura, movimientos de tierras, procesamiento del mineral, manejo de relaves, y cumplimiento de normativas técnicas, ambientales y fiscales.

Este proceso puede durar décadas, dependiendo del tamaño del yacimiento. Legalmente, debe contar con aprobación del MEM y del Poder Ejecutivo, inscripción pública y puesta en marcha tras cumplir requisitos socio-ambientales.

Ejemplos y breves implicaciones en el país

Un caso reciente de exploración o “evaluación del potencial minero” es el proyecto “Los Españoles” en Dajabón, donde la empresa Cubierta Dominicana recibió en 2023 una concesión de 3 años para explorar oro, plata, cobre y zinc. El compromiso incluyen estudios geológicos, perforaciones, análisis químicos y permisos ambientales previos.

En cuanto a explotación, el reconocido yacimiento Pueblo Viejo inició como proyecto exploratorio en los años 70, y hoy se encuentra en fase productiva minera con concesión vigente por 75 años, generando significativas inversiones, empleo y divisas.

Comparativo rápido

Esta distinción es crucial para entender el ciclo minero: la exploración o evaluación del potencial minero  descubre recursos potenciales, mientras que la explotación o fase productiva minera convierte ese potencial en producción real dentro de un marco legal, ambiental y económico.